El protagonismo femenino alcanzado década tras década en una de las profundas transformaciones que dejó el siglo xx.
Mujeres, miles de mujeres atraviesan la ciudad con paso seguro y rumbo propio, abren todas las puertas y marcan sus huellas en la marcha de la multitud. Si las damas de hace 100 años pudieran asomarse al balcón de este tiempo, les bastaría una sola mirada a las calles para sentir cuán profunda ha sido la transformación de la vida, de una punta a la otra del siglo pasado.
Y ese protagonismo en la construcción social es tal vez la prueba más contundente de que el siglo xx dejó un mundo absolutamente diferente al que recibió y que "ella" transformó.
En aquel comienzo, la condición de la mujer era estar atada a la casa y a la familia, marginada de la toma de decisiones sobre el destino colectivo, excluida de responsabilidades y derechos civiles, sin oportunidad para desarrollar sus potencialidades.
Hoy la situación es distinta, pero mucho tuvieron que bregar para llegar hasta aquí, para estar en la universidad; para que pudieran ejercer trabajos y profesiones antes vedadas; votar, ocupar cargos públicos, y su propio espacio.
De todos modos, aún falta camino por recorrer para dejar atrás las resistencias y discriminaciones que todavía subsisten. Pero ese protagonismo alcanzado es el legado que las mujeres de este tiempo dejan para las que vendrán, para las próximas constructoras del destino humano.
(Revista del 2000 LA VOZ DEL INTERIOR)
No hay comentarios:
Publicar un comentario